Historia clínica detallada: Dolor epigástrico, náuseas o vómitos, sensación de plenitud, pirosis o regurgitación ácida.
Examen físico: Dolor epigástrico, signos de anemia, hinchazón abdominal o ruidos intestinales aumentados.
Pruebas de laboratorio: Hemograma completo y prueba de H. pylori
Estudios de imagen: Endoscopía digestiva alta: prueba de referencia.
Pruebas adicionales según sospecha: Radiografía de abdomen con contraste (serie esofagogastroduodenal)
La endoscopia gastrointestinal alta es el método más eficaz para diagnosticar la gastritis, ya que permite la evaluación directa del revestimiento del estómago y la toma de biopsias. Es considerada el estándar de oro en el diagnóstico de esta afección. A continuación, se explican sus beneficios y su papel específico en el diagnóstico de la gastritis:
Permite observar el estado de la mucosa gástrica: identificando: Eritema (enrojecimiento), erosiones o úlceras, hemorragias superficiales, atrofia o metaplasia intestinal (lesiones precancerosas).
Distingue entre gastritis erosiva, no erosiva y otras enfermedades gástricas (como tumores o infecciones).
Helicobacter pylori: Identificado mediante pruebas rápidas de ureasa, cultivo o histología, cambios inflamatorios crónicos o agudos, gastritis atrófica o autoinmune, metaplasia intestinal o displasia.