Historia clínica y exploración física:: Identificación de síntomas como dolor abdominal, hemorragia rectal, cambios en el hábito intestinal u obstrucción.
Estudios de imagen: Ultrasonido abdominal: Puede detectar masas hiperecogénicas compatibles con lipomas.
Tomografía computarizada (TC): Los lipomas tienen densidades específicas de grasa (entre -50 y -150 HU).
Resonancia magnética (RM): Útil para diferenciar los lipomas de otras lesiones (e.g., liposarcomas).
Endoscopía: Permite visualizar lesiones submucosas.
Diagnóstico preciso: Permite identificar masas submucosas características de los lipomas, que suelen ser de color amarillento, bien delimitadas y recubiertas por mucosa normal.
Pruebas complementarias: Prueba de almohadilla (Pillow Sign): La lesión se deforma al presionarla con el endoscopio, lo que sugiere tejido adiposo.
Signo del deslizamiento: La lesión es móvil, característica de los lipomas.
Biopsia dirigida: Aunque el tejido adiposo profundo puede limitar la efectividad, en algunos casos puede proporcionar material diagnóstico.
Detección de lesiones asociadas: Permite examinar el intestino completo (colonoscopía o endoscopía superior) para descartar otras patologías coexistentes.
Identificación de complicaciones: Ayuda a detectar ulceraciones, hemorragias activas o áreas de obstrucción asociadas con lipomas grandes.