Historia clínica detallada: Duración y características de los síntomas (dolor abdominal, diarrea, sangrado, fiebre).
Exploración Física: Palpación abdominal para identificar sensibilidad, masas o distensión. Evaluación de signos sistémicos como fiebre o pérdida de peso.
Pruebas de Laboratorio: Marcadores inflamatorios: Proteína C reactiva (PCR) y velocidad de sedimentación globular (VSG): indicadores de inflamación sistémica.
Calprotectina o lactoferrina fecal: Marcadores específicos de inflamación intestinal.
Pruebas de función hepática y renal: Para descartar otras afecciones.
La endoscopia es un procedimiento utilizado para diagnosticar y evaluar la inflamación intestinal. Según la región del intestino que se necesita explorar, se realiza una endoscopía alta (esófago, estómago y duodeno) o una colonoscopía (colon y parte distal del íleon). A continuación, se detalla el procedimiento y lo que puede indicar:
Ayuno: El paciente debe evitar alimentos y bebidas al menos 6-8 horas antes del procedimiento.
Limpieza intestinal: Se administra un laxante o solución de limpieza intestinal para eliminar residuos fecales y mejorar la visualización.
Medicamentos: puede ser necesario ajustar ciertos medicamentos (anticoagulantes, antinflamatorios, etc.) antes del procedimiento.
Endoscopía alta (para inflamación en duodeno u otras partes del tracto digestivo superior): El médico observa las paredes internas en busca de signos de inflamación como enrojecimiento, úlceras o erosiones. Toma de biopsia: Si se observa una anomalía, se toman muestras de tejido para análisis histológico.
Colonoscopía (para inflamación en colon e íleon terminal):: Inspección: Se evalúan las paredes intestinales en busca de áreas inflamadas, úlceras, pólipos o estenosis. Biopsias: Se toman muestras de tejido de las áreas inflamadas o sospechosas.